sábado, 16 de marzo de 2013

TESTIMONIO DE UNA VAQUERA DE PARADES, LES REGUERES

PREGÓN DE MARÍA FLÓREZ RODRÍGUEZ PARA LA ROMERÍA DEL ESPÍRITU SANTO. PARADES (LES REGUERES), 2008.
 
Soy María Flórez Rodríguez, conocida por María Pedro o María Rufo. Nací en Parades en 1921. Mis padres fueron Rufo y Dolores y tuve 3 hermanos Piedad, José y Dulce. Soy fía, nieta, bisnieta, tataranieta y más, de vaqueros trashumantes. Desde quién sabe cuándo, son vaqueros na mi familia. Fue una vida dura, de mucho sacrificio. Pasábamos el invierno aquí, y por mayo, que yo recuerde marchábamos pa Torrestío y tábamos allí hasta octubre o noviembre.
Primero pa dir chábamos dos díes enteros y a otro día a media tarde, llegábamos allá. Díbamos por Quirós hasta que se abrió la carretera de Páramo a Ventana, después ya se diba por Teverga. Teníamos que llevar un caballucu o una yegua cola ropa porque había que llevalo todo, y traelo, y un burrucu pa dir a caballo cuando cansábamos, poníase un poco uno, otro poco otro, y asina. Llevábamos poques vaques, non ye como ahora, aquí en casa la vez que más llevaríamos seríen 7 ó 8 y unes 15 oveyes o así.
Yo tenía 3 años cuando entamé a dir, yera cuando mi tía María se casara que marchó pa Buenos Aires y quedaba mi madre, en paz descanse, aquí, y mi padre diba llevanos a mi güela Genara y a mí, y volvía; él tenía que andar yendo y viniendo, pa la yerba, pa sallar, tenía que atender nos dos sitios, diba a caballo. Aquí, en presencia mía, siempre quedaba alguien. Mi güela bendecía los animales antes de marchar pa que llegaren en paz, diba de uno en uno esperingotiando agua bendita con una rama de laurel del día Ramos.
 
La casa de Torrestío antigua.
 
La casa de Torrestío fue siempre propia, tengo oído decir que había sido hecha por los moros. Yera el ama, de antigua y de alta, porque tenía abaxo la cuadra, luego enriba donde vivíamos, y más arriba tenía la tenada. No había otra como ella en pueblo. Desaparecieron muches cases en Torrestío, primero había muches, unes cayeron, otres quemaron. Torrestío non ye lo que yera antes, ahora son todes cases buenes porque antes el techo yera de escoba, yo conocí les cases todes de escoba, todes casuques.
Los pastos antes los arrendaba el pueblo. Veníen rebaños de merines a los puertos desde Extremadura y lo otro yera pa vecindá, y el dinero yera pal pueblo, tengo oído yo a mi güela muches veces que cómo será que ahora hacen más dinero porque hay más tráfico y no algama pa los gastos y cuando yera el mi hermano, el Ballotu, el alcalde, repartía dinero pal pueblo, esi sobrabai y a los otros no yos alcanzaba. Entonces nosotros no pagábamos, entamaron fai unos años de char una paguca, pero de aquella nun se pagaba nada.
Al puerto, como aquí llamábamos a Torrestío, diben de Parades, de Tuernes, de Lugo, de Prubia, de La Barganiza, de Tabladiello, de Piles, de Serín, de Latores los de Bobes, de Salas sólo Balbino el Parrondio y ahora hay unos de Morcín y los de Extremadura.
Muchos mayorales de los rebaños de Extremadura yeren de allí, conocidos, de les Babies de Bajo. Taben en los puertos de Trespando, Sopeña, Morronegro, Solarco, Sousas y Valverde, que pertenecín a Torrestío, y en otros de Somiedo. El mayoral bajaba un día a la semana por el pan a San Emiliano y lo subía para todos. Dormían col rebaño, en chozos con el techo de escoba de piorno y con una puertina, allí dormíen y cocinaben. Teníen un chozo en cada puerto. Veníen muchos rebaños, como 7 ó 8 de 200 ó 300 ovejas cada uno. Algunos eran del conde de La Oliva. Llevaben el equipaje en caballería y muchos perros.
Pa curar los animales, Genaro yera el que llamábamos nosotros; pa Torrebarrio había vetrinarios, pero como Genaro yera curioso y luego Ramiro, la gente diba arreglándose con ellos. Cuando se perdía un animal pola noche ponínse a rezar la oración de San Antonio pa que no y pasara nada y, en echando la oración de San Antonio no se puede ir a buscar porque dicen que apeligra.
Díbamos por yerbes pa curar al monte, mi padre venía con brazaos de mestranzos pa curar los animales y valía, curaba. Yerbes que había poles peñes, la cirigüeña allí ye oro, la yerba de la grama, la cirigüeña pa heridas, el tomillo, la genciana que ahora escastriose, la carquexia con una flor amarilla, que yera lo que valía, que decín que yera muy buena pal reúma, la violeta... Ponín muncho sanguijuelas que cogín polos regueros pa los persones mayores. Conocí yo paisanos que les traían amarraes al cuerpo con un pañuelo.
Vendíamos manteca, llevábamos la leche a la desnatadora que yera del maestro que tenía escuela allí y vendíase en San Emiliano. Sembrábamos lentejes, arbejos, patates, cebada, centeno, trigo temprano que se siembra en noviembre y semental en primavera. El nombre les finques yera como aquí, Xuguera, Encorredoriu, L’Aguada, La Llucia. L’Andeiza, La Collada, Las Partidas... Los arbejos y patates que sobraben traínse p’acá, la cebada gastábase pa criar un gochucu. Allí, en vez de sallar, había que dir a arrancar el morgazo del trigo, a toles finques; yo con mi güela de eso tocome mucho. Yo deciai: -Mamina vamos pa casa que tengo fame. Y ella que se guiaba pol sol decíame: -Mira cuando dé el sol na aquella peña, entós son les 12 y vamos pa casa, ¿non quies romper más?, que llamaben romper a sacar el morgazo, y mi güela venía con un carguetu de segau na cabeza y coles agujes de tejer venía tejiendo pol camín, faciendo calceta. Entós si que yera trabayar y pasalo mal. El pan amasabase en casa, nun había panaderu. Naquel tiempo llamaba la atención que había 3 máquines pisadores pal pueblucu que nun yera nada, una p’arriba de Ca Genaro, otra pa la cimera del pueblo, otra a la entrada del pueblo donde tá ahora el colector, ¡3 máquines pal trigo, trillando a todo dar! Primeramente, antes de les máquines, facíase a manal y teníes que encomuñar cola gente pero desque entamaron les máquines ¡madre del alma! entamó la gente a cosechar más. Es que sino tenís que poner en una campera, en una redonda, un cerco y dir poniendo el trigo curioso y en medio quedaba un agujero pa ponese una persona, y coger 2 ó 3 caballerías y tar otro con una pala dando vuelta al trigo pa que lo pisasen les caballerías, en vez de tar dando col manal. En Torrestío había 3 molinos el del Casero, el de La Habanera y el del Maestro. Allí no teníamos horro, antes había pocos; teníalo el Balloto y el del chigre el Parrondio, porque ahora hay más, unos 12, 6 en barrio de Riba y otres 6 nel de Bajo. Los del Parrondio eran de Brañasivil, de Salas.
Pola noche reuninse a filar y a tejer, porque había mucha lana, que traían a vender a San Simón a Grao, y antes vendrín aquí, a Parades a la feria, pero eso yo no lo conocí. Reunínse en una casa un día y otro en otra. Había más unión que aquí.
Les fiestes yeren San Antonio y el Sacramento, juntábase mucha gente, veníen de Teverga, de San Emiliano, de muchos sitios. Tocaben la gaita, la pandereta y el tambor. El gaitero yera Nemesio, hijo del maestro, que tocaba muy bien, y el acordeón también. El día la fiesta tol mundo invitaba a la familia, había cordero y roscas y coses de dulce pal postre. Lo mismo pa San Antonio que pal Sacramento. Yo nun diba a otres fiestes, a ninguna, porque primero no se salía porque yera muy joven y después porque quedé sola colos hermanos y no había fiesta pa mí. En Parades no celebrábamos nada, porque no estábamos, sólo vine una vez que mi madre no callaba queriendo verme, y entonces mi padre me dijo prepárate que vamos dir a Parades a la yerba. Tendría 7 años, acuérdome como si fuera ahora que traíamos una yegua grande, negra, muy buena y yo tenía que venir abrazada a él, y él venía cantándome porque tenía miedo que me durmiera, y me decía cada poco:- Nun duermas, eh, porque tenía miedo que me adormeciera y cayera. Me posó, y no había nadie en casa, y me mandó ir por entre el maíz que había un riego pol medio pa pasar pa un praducu que teníamos, a ver si estaba mi madre segando allí. Y efectivamente allí estaba; Piedad y Pepe yeren pequeñinos, tovía non naciera Dulce y - ¡ay quién ta aquí!, porque mi madre non quería que fuera p’allá, y yo entamé a dir con mi güela cuando la fía marchara pa la Argentina; ella decía: - Tien que dir conmigo porque marchoseme una María y quedome otra y tien que dir conmigo. Yo con mi güela como si fuera mi madre. Mi madre fue una vez a Torrestío cuando nació Piedad y no quiso ir más. Yo fui hasta que me casé en 1944. Después fueron los mis hermanos Piedad y Pepe, díbamos ayudalos a la yerba y a llevalos y eso, pero ya no quedamos de continuo y ahora ye Baudilio el que sigue la tradición.
De invierno allí tovía nieva mucho pero non tanto como antes. Antes si uno se ponía malo allí pel invierno teníen que sacalo en unes angaríes pa llevalo a Torrebarrio.
La casa de Parades nel Campo la Corredoria, donde yera la feria antigua, aunque yo non la conocí, yera tamién propia, yera baja, la cuadra y la cocina todo seguío y después enriba de la cuadra el pajar, con portal pa entrar pa la cuadra y una habitación fuera y otra dentro, la cocina yera de leña col forno. Tuvimos fincas en La Braña, una delante de les cases que comprarala Manín de Xiromo cuando mi tía marchó pa Buenos Aires pa pagai el pasaje, y otra tovía la tenemos allí. En La Corredoria había de antiguo la casa nuestra, la vieya de Ca Corredoria y la de Cal Taco. Acuerdome de ver a Manuel de Corredoria faciendo madreñes debajo ‘l horro que diba yo a enredar colos guajes. Veníamos a jugar al Campo que tenía pozos por ahí y Dionisia reñíanos y una vez vino Romalda también, Dios les tenga na gloria a les dos, y ella dijo: - voy dabos unes cibiellades en culo, a tu güela nun se riñe, eh, y hay que facer lo que ella manda, porque tabámos en un pozo todos metíos jugando con agua y la paisanina vino tornanos porque tenía miedu que nus pasara algo.
Acuérdome de venir a jugar mozos al campo La Corredoria, ajúntabanse allí mucha gente a jugar. Teníen una bola y unos regueros, una bolera que taba de Ca Corredoria p’acá. Hubo una casa vieya ahí na Rubial, yo siempre pregunté de que sería esa paré, que taba ahí a la entrada del prao de la fiesta.
Caseme con Luís que yera de Baselde y ficimos casa nueva. Tuve 4 fíos: Cuca, Lito, Hilda y Baudilio, que sigue diendo polos veranos col ganao a Torrestío. Tengo 13 nietos. Y esta ye la historia de la última vaquera de Parades a la antigua.
Nun quiero terminar sin tener un recuerdo pa todos los vaqueros de Parades, La Braña y Torrestío, pa tolos antepasaos que vivieron esta vida, que pa eso os la contamos pa que nun se olvide, y pa tolos que vinieron a la feria del Espíritu Santo. Y tamién pa tolos vecinos de esti pueblo que yo conocí. De manera especial pa mi güela Genara el Ballotu y pa tola familia, que Dios los tenga a todos ena gloria. Y a todos vosotros que paséis un buen día, que ¡Viva la fiesta! y ¡Viva Parades!
María, con sus vecinos y familiares, el día del pregón.
 
Nota: María falleció el 21 de enero de 2013.

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