viernes, 31 de octubre de 2014

CUMPLIMOS 20 AÑOS

¡El próximo sábado 15 de noviembre celebramos que cumplimos 20 años!
No te pierdas lo que hemos preparado con motivo de nuestro XX Aniversario y de la fiesta de San Martín, en Biedes (Les Regueres).
 
 
  • A las 12: Pregón: “Historia de Miobra”, a cargo de DELFINA PARADES SUÁREZ
  • A continuación MISA SOLEMNE con la actuación del CORO LAS REGUERAS y CONCIERTO
  • Acto seguido COMIDA- BAILE en Restaurante El Mirador de Tiviti
Más información AQUÍ.
 

viernes, 3 de octubre de 2014

PREGÓN DE LA FIESTA DE EL ESPÍRITU SANTO DE PARADES DE 2003

Corresponde a la X edición de la Fiesta de El Espíritu Santo, celebrada en Parades (Les Regueres), el 5 de octubre de 2003, cuando el pregonero fue Daniel Martínez Álvarez.
 
 
Q"ueridos vecinos, amigas amigos y todos aquellos que de una u otra forma estáis vinculados a este pueblo:
 
Primero, quiero agradecer a la Comisión de Fiestas, que me haya ofrecido la posibilidad de realizar el pregón de esta romería, lo cual además de enorgullecerme me produce una especial emoción, por dos motivos.
  1. Por un lado, este año se celebra la décima edición desde la recuperación de la romería, que originariamente se había celebrado hasta el año 1912.
  2. Por otra parte, el homenaje que se rinde a mi abuelo, Bernardo y que, por cuestiones del destino, hoy me ha tocado representar.
 
Por estas razones he pensado en relataros algunas vivencias, anécdotas, y acontecimientos de su dilatada existencia, que nos sirven de referencia para comparar la forma de vida de antaño con la actual.
 
En esa época los trabajos, las labores del campo, los quehaceres diarios, los festejos y la “folixia” se efectúan de forma colectiva. La vida en comuña en aquellos tiempos estaba presente en todas las manifestaciones de la existencia.
 
Así el nacimiento de Bernardo o Bernaldín como todos le conocéis, en Recastañoso en el año 1903, en el seno de una familia humilde, que como todas las de entonces había muchas personas, fue seguido de cerca por los familiares más cercanos que estaban en la casa.
 
Iba a la escuela, no con los padres que lo llevaban, no, con los vecinos que iban con él al Carcabón, como Pepe Ca´Nolo, Pepe Carmela y todos los niños de su edad de Miobra y alrededores.
 
Más tarde a Mariñes iba con vecinos de Parades como Romualda el Periquito, con un maestro catalán que vivía en Casa el Molín y que era “muy malo, de los que daba con la vara en las uñas por lo que llevábamos las uñas bien cortadas para que hiciera menos daño”.
 
Ya de joven se va a cortejar también en comuña, con varios mozos que van a casa de una moza que sale al quicio de su casa y está un poco con cada uno. A la vuelta van todos juntos riéndose de las trastadas que hicieron.


Con 17 años, Bernardo, alentado por sus primos de Trasmonte, David y Manuel, emigra a Cuba en busca de mejor fortuna, en compañía de Nolo Valdés y el hermano de Carmen Pinón. Allí permanece durante 9 años.
 
Trabajó como camarero en el Hotel Suizo, en Santa Clara – población distante 300 Km. de La Habana -. Ganaba más en propinas que de sueldo que era de 25 $; le daban un extra de otros 5 $ más por abrir a las 4 de la mañana, para atender a los viajeros que llegaban en el tren procedente de La Habana.
 
A los 2 años de estar en Cuba, paga el pasaje a su hermano Conrado, que también se marcha, y dónde permaneció ya toda su vida. En Cuba aprendió contabilidad, mecanografía, Inglés y a bailar; si a bailar porque para ello se apuntó en una escuela de baile. ya se sabe, no sólo de pan vive el hombre.
Había en la época grandes guateques dónde los hombres invitaban a las chicas a bailar, y éstas si lo consideraban oportuno les iban dando turnos anotando los nombres en una libreta, de ahí la gran importancia de ser un buen bailarín si no querías recibir calabazas y ser objeto de guasas.
 
Conoce EE.UU. y regresa en el año 29, para la boda de su hermana Bautista. Cómo la boda era en mayo conoce en ese tiempo a la hermana de su futuro cuñado, Herminia, con la que se casó el día de San Martín de ese mismo año. Celebran la boda en Arlós, porque ella era de Vendón. Hacen la comida debajo del hórreo de Ca´Mariano y a pesar del tiempo transcurrido todavía recuerda mi abuelo el menú: Fabada, cordero y arroz con leche, hecho por la madrina, Generosa. El padrino era de Parades, José Xiromo, que en vista del temporal de truenos y lluvia que se desencadenó tuvo que quedarse a dormir en Vendón y dada la escasez de camas le tocó dormir con mi güelo fastidiándole así la noche de bodas, aunque a saber lo que harían, porque como él mismo dice los nacidos en octubre, el mes de los ciclones, son de pobres contenciones.
 
Felizmente casado, regresa a la casa paterna de Recastañoso y en agosto nace su primer hijo José. Al poco tiempo y dada la escasez de medios con los que aquí se vive, vuelve de nuevo a Cuba. Allí trabaja en los hoteles más importantes de la época. Hace buenos amigos, como Mariano y Carlos dos hermanos de Campo de Caso, que regentaron posteriormente la Ferretería Teatinos en Oviedo. Cuando mi abuelo iba de compras al comercio, la hermana que era cocinera preparaba la merienda para todos. Por casualidades del destino en ese mismo local en el que estaba la ferretería, es dónde actualmente estoy trabajando. Regresa en mayo del 36, con unos ahorros con los que adquiere fincas en los alrededores de su casa en Recastañoso; y diferentes regalos como un reloj Omega, vestidos para su mujer y sus hermanas y una capa que también tiene su enjundia. Dicha capa fue adquirida en Nueva York por 15$, que regala a su cuñado Servando, y éste, huyendo del enemigo durante la guerra, se le quedó enganchada en una alambrada. Tuvo que elegir la capa o la vida, así que mejor seguir corriendo y olvidarse de la capa. Como él mismo dice, salió de Guatemala y se metió en Guatepeor, ya que a los pocos meses del regreso estalló la Guerra Civil.
 
Tuvo otros 4 hijos, y enviudó muy joven, trabajando muy duro para sacar adelante a la familia.
 
El trabajo de la casería cuenta con la ayuda esporádica de vecinos que van a las andechas para la recolección de maíz, de remolacha, de castañas, de las esfueyas de maíz etc..., haciendo esa vida en comuña que anteriormente mencionaba. La vida en la casa campesina era muy distinta, se pretendía que fuese autosuficiente, que se autoabasteciese lo cual dadas las circunstancias y los escasos medios resultaba poco menos que milagroso.
 
Un reflejo de aquellos tiempos en que la comunidad se implicaba eran las estaferias, sextaferia, en realidad, que se realizaban los sábados para la limpieza de caminos y bienes públicos, todos los vecinos hacían se unían sus esfuerzos por un bien común.
 
En éste homenaje que hoy se le rinde coincidiendo con su centenario no podría dejar pasar la oportunidad de citar algunas de las muchas y muy buenas cualidades que adornan la personalidad de mi abuelo, hoy convertido en personaje. Trabajador incansable y tenaz, luchador nato, al que las dificultades de la vida y la escasez de medios nunca asustaron, sabiendo siempre salir adelante, pese a enviudar muy joven y con 5 hijos.
 
Es una persona en la que el buen humor, la gracia, la sabiduría es una constante en su vida. Goza de una extraordinaria memoria – quizás herencia, por lo que cuentan, del que fuera mi bisabuelo Manuel de Bernaldo- lo que le hace ser un ameno interlocutor y un excelente recitador, con el que siempre se puede aprender alguna cosa, o esbozar una sonrisa.
 
Mi abuelo es como un viejo roble de 100 años, que cómo la buena madera se hace mejor cuánto más añeja, con la diferencia de que sus bellotas fructificaron y dieron a su vez frutos, lo que hace que tres generaciones aquí presentes le contemplemos.
 
En una comparación intergeneracional se podría hablar de una época en la que la comunidad siempre está presente, frente a la individualidad reinante, en la que se tiende a realizar las cosas en solitario, por no molestar, por falta de costumbre.
 
Hoy, en la era de la informática y de las telecomunicaciones, no nos quedemos incomunicados frente a nuestros vecinos más cercanos, sigamos cultivando la relación de vecindad, de amistad, de comuña como la que vivió mi abuelo y sus coetáneos.
 
Por ello es bueno que nos unamos aunque sea una vez al año para esta cita festiva en que todos aportamos algo y disfrutemos de la vida en comuña.
 
Reiterar en nombre de mi abuelo y en el mío propio nuestro máximo agradecimiento por el homenaje de que hoy es objeto y por haberme otorgado el honor de hacer este pregón.
 
Como colofón, que el Espíritu Santo propicie la tolerancia, la camaradería, la amistad y el buen humor entre todos nosotros. DECLARO INAUGURADA LA ROMERIA DEL ESPÍRITU SANTO 2003. ¡VIVA EL ESPIRITU SANTO! ¡VIVA PARADES!
 
Publicado en La Piedriquina nº 35, octubre de 2003