sábado, 20 de junio de 2015

LA FIESTA DE SAN JUAN EN LES REGUERES

ENCANTOS  Y RITOS DE LA NOCHE MÁGICA QUE INICIA EL CALENDARIO FESTIVO VERANIEGO.
 
En esta fiesta aparecen 3 elementos mágicos y purificadores: el agua, el fuego y los vegetales. Es una fiesta con connotaciones muy arcaicas, la celebración del solsticio de verano.
 
 
En Les Regueres sólo se celebraba la fiesta de San Juan en Trasmonte pero en la noche previa sí tenía lugar la foguera en casi todas las casas. El fuego tiene una connotación purificadora. Se quema lo malo para que entre lo bueno. Según Ramón Martínez de Otero: la foguera de San Juan se encendía con un poco del laurel bendito del domingo de Ramos.

También se colocaban ramos a las mozas en los balcones. Personas mayores, como María Celín de Agüera (nacida en 1902) lo recordaban. A ella le trajo su novio un ramo de carbayu tan grande que le dio para atizar la cocina una semana. A Eloína Candás de Escamplero, ya fallecida, le pusieron, cuando era moza, un ramo de naranjo, ¡y nunca llegó a saber quién se lo puso!
 
 
En Soto solían ponerlo de carbayu y, en el resto de parroquias, de laurel o de lo que hubiera a mano. A las que les habían dado calabazas, les ponían cardos y a alguna que les caía mal le pintaban, en la fachada de la casa, cuernos con alquitrán. Esta costumbre persistió hasta los años 50. Cuentan que algunas personas pasaban la noche en vela, vigilando que no les pintasen los cuernos, porque el alquitrán era difícil de quitar y el hecho de que pintaran los cuernos daba mala fama a la moza.

Una de las plantas más utilizadas tanto para adornar las fuentes como para poner de ramo a las mozas era el saúco, llamado en Asturias benitu, al que se le atribuyen propiedades mágicas en esa noche. En Les Regueres se utilizaba, sobre todo, laurel y fresno.
 
Eloína Candás de Escamplero, recordaba hace años cómo se juntaban las mozas del pueblo para enramar la fuente El  Trechoriu con laurel. También lo recordaba Gloria de La Madalena, ya fallecida también. En Tamargo se adornaba con flores la Fuente Fuera, como recordaban, Enriqueta de Casa Donato, Gloria de Casa el Maestro o Gloria La Madalena; lo mismo que la fuente La Boza en Campanal, según datos de Enriqueta, quien dice que la tradición la trajo Pura el Correo de Carbayal. Irene de C’Antón de Ania sabe que se enramaba de laurel la fuente La Leza y Rosa La Medera recuerda que se hacía lo mismo en la fuente El Fuexo, también en Ania. En Recastañoso se enramaba la fuente El Reguero, debajo de Ca Bernaldo, en la que, aparte de poner flores, la costumbre obligaba a colocar un ramo de laurel justo a la medianoche para bendecir las aguas, según nos contó Carmina Bernaldo que seguía la tradición de su abuela. El abuelo de Gloria Fernández de Casa el Maestro de Tamargo ponía en esa noche flores en un fresno.

Por otra parte, se  dice que en esa noche mágica nacen los erizos de las castañas.
El trébol también jugaba su papel en la mañana de San Juan:
 
A coger el trébole,
el trébole y el trébole;
a coger el trébole
la noche de San Juan.
 
Era costumbre cortar flores de saúco y colgarlas a la ventana, para que recibiesen la bendición de San Juan, retirándolas antes de que les diese el sol, porque éstos les quitaban la virtud de curar enfermedades. Costumbre que, parece ser, aún conservan algunos vecinos del pueblo de Villayo en Llanera.
La festividad de San Juan era muy esperada por los jóvenes que aprovechaban la noche para hacer mil diabluras, pues en esa noche mágica casi todo estaba permitido... Desde sacar los carros de las casas y llevarlos a las de otros con los que a lo mejor no había muy buenas relaciones, deshacer los bálagos de hierba, tirar todas las portillas, subir un burro a una tenada, bañar a alguien en el río y, por supuesto, rondar a las mozas poniéndoles el ramu, y saltar la foguera.
Era la primera romería del verano que marcaba el inicio de la época festiva, aunque era también de mucho trabajo en el campo. Se marcaban muchos trabajos por las fiestas: sallar antes de San Juan, Si pa San Juan no me tienes sallada la boroña ponme la muyerona. Si alguien se descuidaba en esta faena, le ponían en la huerta uno o varios monigotes, por lo que todos se apuraban para evitar esta burla:

Quien no salló por San Juan da muestres de folganzán.
 
San Juan y la Magdalena
fueron juntos a melones
y en medio del melonar
San Juan perdió los calzones.
 
María Celín nos contó hace años una trastada que protagonizaron unos de Biedes que venían a cortejar a Casa Marcelo. Al levantarse los de la casa por la mañana vieron un bulto encima de la cirolal, era un pobre burro que habían subido por la noche. Algunos de Biedes, que según María tenían fama de saber armarla bien,  fueron los causantes de quitar todas las estacas y el alambre de un prado cerrado poco antes por sus dueños.
 
"Por San Juan yera costumbre que los mozos fixieren munches trastades. Acuérdome de unes cuantes tando ya en Soto. Una vez César de Ca’Pachu, Rodrigo Ca’Pinín y Fidel de La Piñera marcharon cola masera y la amasadura de Josefa Siero. Comieron el pan que quisieron y llueu pusieron la masera enriba el teyao de mi casa.
Otra vez cogieron el llabiegu de Siero, el padre Josefa, y pusieronlo enrriba una castañal en Castañeo Lucino.
N’otra ocasión, David de Ca’ Sama nun acabara de sallar, entós garraron tolos espantayos del pueblu y pusieron-i-los alredor de la tierra".
Consuelo Cuervo Alonso, 94 años, Soto.
 
"Por San Juan facíen muches travesuras, porque decín que San Juan yera travieso, tiraben portielles, llevaben carros, y si non acababes de sallar, allí na tierra poninte un santo que llamaben la muyerona. Había algún paisano que se enfadaba y poníase desesperado. Casi siempre y lo poníen a Manuel de Antón, que no acababa nunca, y poníase desesperao y a alguno más". 
Vicente Miranda Suárez, 85 años, Biedes.
 
Por la mañana temprano había que ir a la fuente a coger la flor del agua. Era en ese momento cuando el día comienza a clarear cuando tenían lugar los encantos. Era el momento apropiado para que las xanas, hadas en el norte de Europa, hiciesen su aparición. Las xanas son personajes buenos que viven en cuevas y fuentes, en las primeras guardan sus tesoros y por los ojos de las fuentes salen al exterior. Están encantadas y a la espera de que algún humano logre romper el hechizo, para ello ofrecen sus tesoros: hilo de oro, pita con pitinos, gocha con gochinos, los peines de oro, etc. Aparecen sólo la mañana de San Juan.  Es curioso como las mismas leyendas y mitos surgen ubicados en distintos lugares, con ligeras variantes, en toda la costa atlántica desde Suecia, Inglaterra, Irlanda, la Bretaña francesa, el noroeste de España, Portugal y las islas Canarias.
Hay constancia en la tradición oral de cómo la xana se deja ver en diferentes fuentes de nuestro concejo. En la Fonte La Pipera, en El Pozón, Bolgues recoge J. M. González, natural de la parroquia, la leyenda de la xana peinando sus cabellos la mañana de San Juan. Aparece también en la Fonte la Xana, en Villarmú, en el área recreativa de Les Llamuergues, según contaron personas ya fallecidas:
 

"En la mañana de San Juan aparece una hermosísima dama (xana) peinando sus dorados cabellos al sol. Los peines son de oro. Y al pasar junto a la fuente y ver al que llegaba quedarse maravillado, ésta preguntaba:
¿Quién te gusta más los peines o yo?
Y, como quiera que todos contestaran que los peines,
pues allí sigue esperando ser desencantada.
 
 
Dato que corroboraban Angelina Tuñón, de Ania, que añade que la xana extiende sus peines de oro por el prado cercano a la fuente,  y Pura La Casuca que lo oyó contar a Irenia de Villarmú.
 
Fuente La Xana, Villarmú. Foto de J. I. Prieto

En la Fonte La Mariyana en La Parra, que como su propio nombre indica debió ser morada de una xana, la leyenda dice que aparece la xana peinándose.
En Fuencaliente, La Estaca, la xana peinaba los cabellos de oro junto al río.
En La Botía, término de Villanueva (Llanera), había un puente de piedra de arco de medio punto. En este lugar claro y despejado, contaban los antiguos, que ocurrían muchos encantamientos. Decían que en la noche de San Juan, bajo la luna, aparecía una mujer muy hermosa, xana, lavando la ropa en el río, según nos contó hace muchos años Pacita Fernández.
 
 
En otras aparece el hilo de oro que se encuentra tentador en la boca del caño. Así se recoge en la Fuente Santa de Parades:
 
"... una mañana de San Juan, bajó una moza a coger la flor del agua y se encontró con que de uno de los caños brotaba un hilín de oro. Se puso a enrollarlo y le dio vueltas y más vueltas. Comenzó a impacientarse y decidió cortar el hilo porque le parecía que no tenía fin. Se oyó entonces un fuerte grito: - ¡Ay!, dos vueltas más y me sacabas de aquí".
 
La Fuente Santa. Parades. Foto de J. I. Prieto

En la Fuente de La Salú, también en Parades, se recoge la conseja del hilín del oro, datos que nos facilitó Pachu Carmela hace años.
En la fuente La Güerta, junto a Casa Miranda, en Biedes, según nos contaron Nieves y Vicente Miranda hace años:
 
"... iba un domingo una mujer del lugar a misa y, al pasar junto a la fuente, se encontró con un hilo de oro que salía de su boca, se puso a enrollarlo hasta que se le hizo tarde y decidió cortarlo. Entonces se oyó una voz muy enojada: - ¡Ay! de aquí no puedo salir más".

 
En la cueva de La Vega, en Soto ocurrió la repetida conseja del hilín de oro que se encontró un día María Pín de Vela, cuando iba a recoger sus cabras.
En la Fuente Lus Vallaus en Valduno, también recogió J. M. González la conseja del hilín de oro.
Por buscar la flor del agua
me enamoré de una xana,
desde entonces, mal de amores
me tienen robada el alma.

 
En otros casos la xana ofrece una pita con pitinos:
 
 
- En la cueva de La Peña Ñava, según Sinda Ca Xuan de Alceo.
- En la cueva Los Palomos en Soto, dato de Pipo La Ferrería, que lo oyó contar a su madre, natural de Soto.
- En la Fuente los Tamargos en Alceo, recogido de Alegría de Ca Rufa y de Sinda Ca Xuan.
- En la fuente del Cadáparo, en Alceo encontró Manuel Llana, fallecido hace ya muchos años, una pita con pitinos.
- Cerca de la fuente de La Reguerina en La Collada, en una finca conocida por La Carbayeda, también se repite la leyenda de la pita con pitinos.
- En la fuente del Regatu en Les Cruces, dato de Sonia de Premió, que lo recogió de su abuela Oliva La Tiesta.
- En La Fontona, un poco más abajo de la iglesia de Biedes, nos contaron Nieves y Vicente Miranda:
 
"... iba una mañana de San Juan Clotilde, su abuela, a coger agua y al llegar a ella se encontró una hermosa camada de pitinos con la pita, fue a cogerlos pero entonces desaparecieron en la fuente".
 
- En la fuente La Pereda donde Claudia de Casa Feliciano encontró una mañana de San Juan una camada de pitos, según nos contó María Galán, hace mucho, y Manolo Pachu.
- En la fuente El Trechoriu, dato de Gloria la Madalena.
- En la fuente La Pipera en Bolgues, dato de J. M. González, aparece la pita con pitinos, que se volverían de oro si se lograba echarles encima un pañuelo sin ser visto.
- En la Fuente Lus Vallaus en Valduno, según J. M. González.
- En la Fuente el Pico en Arlós, Llanera, según nos contó hace tiempo María Quintanal.
- En la Fuente La Xana en Vidriera, Bonielles, Llanera es una gocha con gochinos, en vez de la pita lo que aparece, según Norina de Carbayal y Emilia de Vidriera.
- En una fuente de Guyame, en Llanera, aparecía una pita con pitinos la mañana de San Juan.  Recogido de Pacita Fernández, nacida en 1916.
 
Por otra parte, en La Fuente el Riego había muchos encantos según Avelina Arias de Mariñes.
 
Frente a Pravia, al otro lado de la carretera, está la Peña Ñaba, donde recogimos la siguiente conseja de Ángeles Sánchez Llana en 1995:
 
Hubo una vez un soldado, que estaba haciendo el servicio militar lejos de su tierra, que se encontró un día con una señora que le preguntó de donde era.
- Soy asturiano, de la parroquia de Trasmonte.
Y ella le contestó:
- Pues, mira, precisamente en ese lugar,
en la cueva que llaman la Peña Ñaba hay un tesoro.
Avivada la curiosidad del soldado le preguntó como podría conseguirlo.
Ella se ofreció a ayudarle y le dio 3 bollos de 4 picos para que
los llevase la próxima madrugada de San Juan a la entrada de la cueva.
Le advirtió que no se lo contase a nadie y
que tuviera buen cuidado de no tocar los bollos.
Se vino a Trasmonte y guardó los bollos en la maleta.
Pero, un día la abrió su mujer,
la cual se preguntaba qué tendrían aquellos bollos
para tenerlos, su marido, tan guardados.
Para salir de dudas decidió probar un pico,
pero cuál no sería su sorpresa al ver que el bollo sangraba.
Asustada puso un trozo de palín para sustituir el pico,
de modo que aparentemente no se notaba.
Llegó el día de San Juan y al clarear el alba se dirigió el mozo a la cueva.
Puso un bollo en el suelo y salió una bellísima dama, xana,
con una vara de avellano en la mano.
Al tocarlo con ella el bollo se convirtió en un caballo y le dijo:
- Atrás vendrá quien te pagará.
Puso el segundo bollo y pasó lo mismo.
Y puso el tercero y el caballo salió cojo.
Entonces se lamentó la dama y le dijo:
- ¡Ay!, por culpa de tu mujer nosotras nos quedamos aquí para siempre
y tú te quedas sin el tesoro.
Pero toma, dale esta cinta a tu mujer.
Triste se marchó el soldado e iba pensando que como se la iba
 a dar a su mujer que le iba a pedir muchas explicaciones.
Así que decidió ponérsela a un árbol que encontró en el camino.
De inmediato el árbol se partió en dos y se secó.

 
También dice otra leyenda que la xana cambia los neños de los humanos. Algunas de las personas que entrevisté para este trabajo reconocieron haber oído hablar de ello, Sinda Ca Xuan oyó a su abuela que era de Llazana que los robaban de los goxos, cuando las madres los tenían con ellas en la tierra. Pacita Fernández  recordaba que en El Praduco (Villanueva) una señora de Ca Pumar estaba sallando y, mientras tanto, posó a su niño en una goxa en el suelo. Cuando fue a recogerlo, la mujer se puso a gritar, sobresaltada al ver que le habían cambiado al niño. Gritó y gritó y su niño volvió a aparecer. [1]
 
Otro ritual de la noche de San Juan, bien conocido y que se practicaba por todo el concejo, era aquel en el que se depositaba una clara de huevo en un vaso grande de sidra, lleno de agua. No debía moverse en toda la noche y a la mañana siguiente salía con la clara el velamen de un barco. Si esto ocurre debe interpretarse como la proximidad de un viaje. Según Irene de C’Antón de Ania los vecinos llevaban el vaso a la fuente La Leza y lo dejaban allí a las 12 en punto. Según nos contó José Antonio Suárez de Andallón también se ponía un pelo en un vaso grande de agua y se creía que al día siguiente salía una culebra.
El romancero también recoge varios sucedidos en la mañana de San Juan:
 
Mañanita de San Juan,
cuando el árbol floreaba,
iba la Virgen María
por una fuente sagrada.
Más hermosa que una estrella,
más que una estrella galana,
lavando sus pies y manos
y su pulidita cara;
con un libro en las sus manos
dio la bendición al agua.
– Bien venida la doncella
que viniese aquí por agua;
que si del agua bebiese,
muy pronto será casada.
Madrugaba el Conde Olinos,
la mañana de San Juan
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe,
entonó hermoso cantar...
las aves que iban volando
se paraban a escuchar:
Las tres noches que no duermo
bien que las pude velar
la primera tuve amores
con la princesa real...
La segunda y la tercera
ya no la puedo olvidar,
y al pie de sus altas torres
la cuarta quiero velar.
Desde las torres más altas
la Reina le oyó cantar:
Mira hija, como canta
la sirenita del mar.
No es la sirenita, madre,
que esa tiene otro cantar...
es la voz del Conde Olinos
que por mí penando está.
 
Si eso canta el Conde Olinos
yo le mandaré matar
por haberte enamorado
la noche del gran San Juan.
No le mande matar, madre,
no le mande usted matar
que si mata al Conde Olinos
a mí la muerte me da.
Guardias mandaba la Reina
al Conde Olinos buscar,
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
La infantina, con gran pena,
no cesaba de llorar.
Él murió a la media noche
y ella, a los gallos cantar.

 
Algunos refranes referentes a la noche mágica de San Juan son:
 
En San Juan un baño, salud para todo el año.
Cuando en domingo cae San Juan, vende los gües y compra pan.
Por San Juan, ayos al desván.
Por San Juan seca la raíz del pan.
Si llueve per San Juan, encama’l pan.
Orbayu de San Juan, quita vino y non da pan.
Per San Juan maurez el pan.
El que cueya arestín la mañana de San Juan nun y pica la culiebra nin dengún otru animal.
Hubo niebla el día de San Juan, tol otoño niebla.
(Dicho de los vaqueros de Torrestío).
 


[1] Nota de la autora, Rosa María Rodríguez Fernández: "Para hacer este trabajo hablé con varias personas de cada parroquia del concejo de Les Regueres, llamándome poderosamente la atención no haber podido recoger ninguna leyenda en la parroquia de Santullano, pese a haber preguntado a 24 personas de  sus distintos pueblos".

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